25 años envolviendo al mítico y milenario Drago de Icod
El Parque del Drago, en Icod de los Vinos (Tenerife, Islas Canarias). Fotografía por Hisao Suzuki (2022).
El Drago de Icod es el ejemplar botánico más importante de la historia de las Islas Canarias. Un árbol con centenares de años a sus espaldas, que necesitaba −a principios de los años 80− una acción urgente, pues estaba en inminente peligro de desaparecer con su salud afectada por la contaminación de su entorno.
El deseo de millones de turistas de visitar dicho ejemplar, y el desarrollismo que ese negocio conllevó a su alrededor, puso en peligro la vida del Drago. Este lugar es, después del Teide, el lugar más visitado de Tenerife (más de 3 millones de personas), visitando el Parque del Drago alrededor de 1 millón de personas.
Han pasado ya 25 años desde que, en 1998, volvió a abrirse al público el Drago y su nuevo parque, pero ha pasado más tiempo desde que comenzó el proceso de devolver sus condiciones naturales a este árbol mítico que, a comienzos de la democracia, estaba en peligro. Han transcurrido ya 40 años desde que ganamos aquel concurso de ideas, convocado en 1984, para la creación de un Parque del Drago de Icod que lo protegiera de todo lo que este ejemplar tenía alrededor. Esos 40 años solo han sido un instante para el Drago Milenario, mientras que para nosotros ha sido una obra de arquitectura y paisaje de toda nuestra vida, que ha acompañado a los arquitectos que lo ideamos durante toda nuestra vida profesional.
Cuando los conceptos de biodiversidad y de renaturalización de los entornos urbanos empezaban a ser innovaciones en congresos científicos, pero aún no estaban en el lenguaje popular ni en los medios de comunicación, en el municipio tinerfeño de Icod de los Vinos, gana un concurso internacional de ideas convocado en 1984 ante la insistencia de numerosos biólogos y botánicos −preocupados por la salud del árbol− la idea de proyecto del ‘Parque del Drago’, de tres jóvenes arquitectos (Artengo, Menis y Pastrana), convirtiéndose con el paso de los años en una de las intervenciones más importantes de Canarias en materia de conservación y restauración de la biodiversidad de una zona, en este caso un barranco.
El cómo se abordó aquella restauración ecológica conecta y explica el proyecto actual de Fernando Menis ISLAS DEL MUNDO, en el que se condensan todos los años de experiencia del arquitecto entendiendo la arquitectura como parte del paisaje. El proyecto del Parque del Drago se afrontó poniendo en el centro a la naturaleza: al Drago. Hoy parece lo más lógico y una decisión llena de sentido común, pero en los años 80, tiempo del boom turístico de Canarias, el proyecto fue tachado de imposible y de locura, pues propuso la eliminación de la carretera (una carretera general importante del norte de la isla, de alto uso, no solo turístico sino local).
Se eliminó carretera para proteger al drago de todo tipo de contaminación y vibraciones, separándolo de los ruidos y humos de la ciudad y devolviéndole su hábitat original, pues así es cómo había estado siempre, creciendo durante siglos tras una tapia que separaba una finca de la ciudad. Esta tapia, que había desaparecido también, se recreó levantando un muro protector que se situó en el mismo lugar y con la misma altura y materiales (piedra basáltica del lugar). Se realizó donde había existido durante siglos un cerramiento similar de la finca agrícola del Drago, la última entre la ciudad y el barranco y en cuyo borde creció el Drago conviviendo durante cientos de años con la naturaleza primigenia del lugar, paraíso natural del que fue expulsado forzando su introducción en el núcleo de la ciudad y en las rutas turísticas de la Isla.
Se recuperó toda la biodiversidad del barranco al borde del cual se encuentra, y ahora se intenta impulsar una buena finalización del futuro Centro de visitantes, idea de los mismos arquitectos autores y motivo de una nueva controversia jurídica en 2023, la última de muchas vicisitudes.
Prensa histórica
Historia en fotos
[:en]
The Dragon Tree Park 1998-2023
25 years embracing the mythical thousand-year-old Dragon Tree in Icod de los Vinos, on Tenerife island
The Dragon Tree Park, in Icod de los Vinos (Tenerife, Canary Islands). Photography by Hisao Suzuki (2022).
The Dragon Tree of Icod de los Vinos (El Drago de Icod) is the most important botanical specimen in the history of the Canary Islands. A tree that was standing for hundreds of years, but which needed urgent action at the beginning of the 80s, since its survival was threatened by the contamination of its environment.
Millions of tourists wanted to visit it, but the heavy development around it endangered the life of the Dragon Tree. The El Teide volcano, which is the most visited place in Tenerife with more than 3 million people a year, is followed by the The Dragon Tree Park (Parque del Drago) with around 1 million people a year.
Twenty-five years have passed since the Drago and its new park reopened to the public in 1998. Even more time has passed since the process of restoring the natural conditions of this mythical tree, which was in danger at the dawn of democracy in Spain, began: in 1984, we won an international public design competition for the Dragon Tree Park to protect it from the hustle that had been progressively developed around this unique specimen. Although these 40 years have only been a moment for the millenary Dragon Tree, for us they have translated into an ongoing architecture and landscaping project that has accompanied us throughout our career until now.
When scientific congresses began to talk about «biodiversity» and «renaturation of urban environments», but they were not yet mainstream concepts, the entry of a team of three young architects – Artengo, Menis and Pastrana – proposed a slow process of ecological restoration, which won the international public design competition called for this site located in the small town of Icod de los Vinos, at the insistence of numerous biologists and botanists, concerned about the health of the Dragon Tree. What happened next is that the Dragon Tree Park has become one of the most important interventions in the Canary Islands in terms of the conservation and restoration of the biodiversity of a space, a ravine in this case.
The way in which ecological restoration was conceived at that time, connects and explains the current project of our studio «Islas del mundo» («Islands of the World»): it condenses Fernando Menis’s expertise in approaching architecture as part of the landscape. The Dragon Tree Park project put nature, a unique tree, at the center. Today this decision may seem the most logical, it may seem like a decision full of common sense, but in the `80s when tourism in the Canary Islands was booming, the project was perceived as impossible and insane, since it proposed the elimination of the road that passed nearby, an essential general route in the north of the island, very busy with locals and tourists.
The young team’s redesign project removed the road to protect the Dragon Tree from all kinds of pollution and vibrations, away from the noise and smoke of the city to return it to its original habitat, as it was the way it had grown for centuries, protected by a wall that separated a farm from the town of Icod de los Vinos. This fence, which was no longer there, was recreated by raising a wall again, located in the same place, with the same height and made with the same material, that is, local basalt stone. On the other hand, the perimeter of the old farm, the last one between the town and the ravine, was fenced off again as always to protect the tree that grew on the edge of the ravine, living for hundreds of years in the original environment, a natural paradise from which it was expelled, forcing its introduction into the urban center and on the island’s tourist routes.
During the 25 years that have elapsed since the completion of the park, all the biodiversity of the ravine on the edge of which the tree sits has slowly been recovered. Both the tree and the nature that surrounds it can be visited and enjoyed by locals and tourists. Work is currently underway to achieve the completion of the Visitor Center, a building designed by the same architects and the reason for a new legal controversy in 2023, the last of the many vicissitudes that this project has been enduring.[:]
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